domingo, 12 de septiembre de 2010

COME, REZA, AMA...DUERME



Yo a ella le creo siempre, como si todo lo que me dice fuera verdad. No sé si es la elocuencia de sus palabras o simplemente su carcajada sincera que me invita a reír tanto cuando la escucho. No sé si dice la verdad o no. Aunque eso no importa: yo me lo trago todo. La autora del libro, Elizabeth Gilbert, no se equivoco con sus inteligentes y profundas palabras. Los productores de la película, Brad Pitt y Dede Gardner, tampoco lo hicieron con la actriz que escogieron para hacer el papel de Liz: Julia Roberts. Hoy, en esta película, ella me habla con filosofía: come, reza, ama. Le creo cuando me muestra que un lugar placentero para comer y tener una relación amorosa con tu comida, sin duda es Italia. Que la oración es poderosa y la India es un lugar propicio para hablar con Dios. También, que en Bali se puede no sólo encontrar paz interior, sino que también se puede encontrar de ese amor verdadero, puro y ciego, aunque sea feo…muy feo.

Para mí uno de los grandes placeres de la vida es comer. Por lo general, suelo ser bastante compasiva con los animales. Por eso, cuando de alimentación se trata, resulto ser irritablemente meticulosa: trato de evitar las carnes lo mayor posible y cuando las compro, me aseguro que sean orgánicas. Pero creo que las carnes no son la única fuente de placer alimenticia. A mí, me causa placer morder una pera dulce y sentir sus aromas mientras se hace agua en mi boca, me fascina el sabor de las moras azules y las cerezas congeladas mientras se descongelan en mi lengua. Tomar leche de soya con guayaba (¡Ese olor enervante de la guayaba!) o licuado de mamey. Comer queso con ajo horneado y pan. Calabaza entomatada con frijoles refritos o la variedad de tubérculos en sus diferentes tamaños y formas. ¡Uy, creo que ya me emocioné! ¿A quién no se le antoja un cheescake con mermelada de naranja o zarzamora encima o una barra de chocolate con almendras, pasas y arándano? No se diga nada de los camarones a la plancha o de empanizado con coco. Con estos últimos, no puedo negar que al comerlos, me siento como Ursula (el personaje malévolo y perverso de la Sirenita) comiéndome esas almas en desgracia: sin remordimientos, ni culpas y a montón. Claro, la frase que viene a mi mente en ningún caso podría aplicar sin consecuencias catastróficas: come como si fuera el último día de tu vida. En la película se sugiere la idea de comer sin culpas, ni preocupaciones. Yo creo que la clave del placer de la comida sin que la báscula vaya en aumento en cifras galopantes reside en alimentarse sin culpas, con variedad y sobretodo, con moderación.

Pero sin duda el mensaje importante de la autora no radica en que te debatas entre embutirte de comida o no. Es el vacío existencial que acongoja a nuestra sociedad moderna, el detalle más apremiante. ¿Qué puede llevar a una mujer que aparentemente no le hace falta nada (tiene marido que la ama, casa, carrera exitosa) a tirar todo por la borda? Ejemplos de este tipo hay de sobra: el esposo que se aburre de su mujer y su familia aparentemente perfectas y se busca una amante 20 años menor, el estudiante “modelo” de la escuela privada que decide drogarse, la ama de casa millonaria que cree que comprando y operándose el cuerpo para estar más bella va a encontrar la felicidad y cuando llega a casa llena de bolsas y con la cara restirada, se da cuenta que sigue tan vacía o peor…etc. Es la falta de Dios, la falta de contacto con él. Es tener el alma hueca. En realidad lo que nos diferencia de los animales no es la inteligencia (¡Me consta! Yo he conocido seres humanos que actúan como bestias y animales mucho más inteligentes que ellos). Lo es la capacidad de alabanza a Dios. Ningún animal tiene conciencia de Dios y mucho menos, de su alabanza. Hace falta acercarse más a Él. Hablarle, rezar. Pero hacerlo no como tarados canta-comerciales o loros que repiten sin tener idea de lo que se dice, incapaces de hallarle sentido alguno a la oración. El poder de la oración es fuerte, pero hay que tener a Dios en la conciencia y en el corazón para poder hablarle con verdadera intención. Dios no entra a la fuerza: Él todos los días, de mil maneras distintas nos habla, nos toca la puerta; nosotros somos los que lo ignoramos o peor aún, los que nos huimos de Él. Como bien se dice: no hay que correr de Dios, hay que correr hacia Él. Hace falta abrir las puertas de nuestra alma para dejarlo entrar. Con Él, el vacío se llena y se halla el sentido existencial que se nos ha perdido.

Por último y no de menor importancia esta amar. Si Dios cura el alma; un buen amor, es capaz de curar y dejar como nuevo el corazón. Hay amar sin medidas, sin reservas, ni avaricias. Sin reproches, ni quejas. Sin condiciones. Como si fuera la primera y la última vez. Amar como si nunca te hubieran lastimado, entregando el corazón en las manos del ser amado, sin pensar que este pueda dañarlo o peor aún, romperlo en añicos. Combínalo con un poco de placer mundano (que a nadie le cae mal) y la formula está casi lista. Yo creo que la autora olvido en la sección de amar, añadir el amor de familia y de amigos. No sólo hay que demostrar amor a la pareja, hay que hacerlo también con los hijos, con los padres, con los hermanos, con el prójimo. Todo esto crea un equilibrio perfecto en el apartado amar. Una de las cosas más maravillosas de este mundo es amar. No hay porque reprimir este sentimiento tan sublime bajo ninguna circunstancia o razón.

Yo incluiría una coma y un verbo más al título sin mayor explicación: dormir. Tengo la teoría de que la gente que duerme bien es más feliz. Por lo menos, yo lo soy.

Yo no creo que Julia, ni Elizabeth mientan. Hay que estar en paz con el cuerpo, en paz con tu alma y en paz con tu corazón. Ahí radica el secreto de la verdadera felicidad.

3 comentarios:

Laura Herrera González dijo...

Mi queridisima Jo,

recien acabo de terminar el libro y quedé facinada con la redacción de Elizabeth G. Al igual que tu, siento que sus palabras ( muy honestas y aterrizadas) me invitan a reir y reflexionar.
Dejame decirte que la parte que más disfruté fue la de "Rezar" que definitivamente va mas Ad Hoc a los momentos que estoy pasando. Terminé mi relación con "P" hace casi ya dos meses. Fue para bien y es lo mejor (un divorcio doloroso sin embargo). Por otro lado, al igual que liz, también tengo un "David" que desde hace un tiempo acosa mis pensamientos y vida y que pensé era el remplazo de mi divorcio, pero no es la persona para mi y me habia costado superar. Hay una parte del libro cuando Richard "El Texano" le hace una comparación de su relacion con David: " el perro y la lata". Frases como esas y la de dejar entrar a Dios en tu vida me impactaron mucho. Así que como tu comprenderas ando en un momento de reflexiòn y definitivamente cada día me siento mucho mejor :)
No puedo esperar a ver la película. También coincido en que Julia R. es perfecta para el papel.
Te mando muchos besos y abrazos mi amiga :D

zacny dijo...

hola:
hace aproximadamente tres dias lei tu blog y esta entrada que me facino como todas las demas, en lo personal me encanta tu manera de escribir. y desde hace 5 dias que lei tus articulos en la revista "mujeres" me facinoaron espero sigas escribiendo ya que me declaro tu fan.
espero leas mi comentario y si puedes responderlo a:
zac_ny610@hotmail.com

JOHANNA dijo...

lauritaa a ti te conteste este comentario por email. Zacny a ti ahora mismo te contesto. Gracias ninas!